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domingo, 14 de junio de 2015

Jugando con ideas 36

La división artificial de la línea del tiempo


        Antes que nada sugiero releer las entradas JCI  3,  8 y 15 teniendo como marco de referencia aquello que los grandes maestros siempre dijeron: “Que todo ocurre en el eterno presente”.
          En nuestra experiencia de vida en la 3D vemos los acontecimientos desarrollarse sobre na línea de tiempo que verbalizamos  básicamente como antes, ahora y después o pasado, presente y futuro con todas las variantes de conjugación que podamos imaginar.
          Desde la metafísica el tema se podría representar con círculos concéntricos donde el  más  externo estaría delimitado por el pasado y el futuro ; luego al segundo círculo más interno lo llamaríamos el momento actual el cual delimitaría en su interior el aquí y ahora  que es un espacio y un tiempo singular, único al que los mayas denominaban “najt”, el presente eterno.
          En los escritos Tseyor sobre el universo cuántico se dic que “La verdad està en el conocimiento que encierra lo màs pequeño…” y que responde a la ley de analogía de la Tabla de Esmeralda que señala que como es arriba (en lo macrocósmico) es abajo (en lo microcósmico). Parece ser que a la ciencia le es más sencillo indagar en lo infinitamente pequeño para extrapolar conclusiones sobre lo infinitamente grande. Los experimentos sobre física cuántica conducen a esas constataciones.
          El nuevo enfoque es diametralmente opuesto, el aquí y ahora no es una reducción desde lo externo, sino que lo externo es consecuencia de la expansión de lo interno, del aquí y ahora.
          Como siempre una imagen vale más como símbolo para captar un concepto abstracto o aferrar na intuición. Este es un experimento fácil que todos podemos llevar a cabo.
          Imaginemos que estamos de pié a la vera de un río que fluye mansamente sin perturbaciones, simbolizando el eterno aquí y ahora sin pasado ni futuro. El paso siguiente es internarnos en el río de dos maneras, observar las situaciones desde lo psicológico y extrapolar sus repectivos simbolismos.

                   1ª ) - El río  fluye a nuestro  alrededor; En esta circunstancia pensemos que somos el aquí y ahora. Así la corriente que viene desde aguas arriba y “choca” con nosotros nos hace creer  que  somos   consecuencia de un  futuro que nos moldea en tanto que la corriente que sigue, luego de habernos rodeado, ya es pasado. Pero en verdad el aquí y ahora lo podemos sentir como un generador de ondas concéntricas que crea la ficción de pasado y futuro.

                 2ª ) - La otra opción es subirnos a un bote sin remos y simplemente dejarnos llevar por la corriente;  aquí sentimos que venimos desde las nacientes del río (pasado) y vamos hacia adelante, aguas abajo en busca de la desembocadura en el mar (futuro). 
          Pero en ambas suposiciones pasado y futuro son simples categorías lineales mentales estructuradas alrededor de lo único permanente: lo eterno, el najt, el aquí y ahora, el instante en el punto cuántico de donde surge el mundo fenoménico.  Pero eso es otra historia.
Ricardo
Puerto Deseado. Patagonia  Central. 14 de junio de 2015



domingo, 14 de diciembre de 2014

Jugando con ideas 35

Jugando con ideas 35

¿Será posible el trasplante de cerebro?

      He dudado mucho en subir al blog esta idea ya que la lógica y la razón me dicen que es del todo imposible. Lo que finalmente me decidió a hacerlo fue la circunstancia de cómo se coló esta idea en mi mente.
    Una mañana, en el claroscuro del despertar cuando la vigilia plena aún no se había hecho cargo del nuevo día, apareció en la superficie de la consciencia, un sueño portando un esquema completamente lógico que sería la respuesta al interrogante planteado en el título. (Algo similar a lo que ocurrió en JCI 32).
    1- Para que esto fuera posible habría que presuponer que la totalidad de la Consciencia no se origina en el cerebro.
    2- Que el cerebro no sería más que un soporte biológico a modo de disco rígido donde se asienta la Consciencia (Programa) para ejecutarse.
    Aceptando estas dos premisas, se plantean los procedimientos siguientes:
    A)- Con respecto al cerebro del donante cuyo soporte corporal se ha hecho hostil por la causa que fuere, se presupone que la Conciencia con todo su contenido ha migrado a otra dimensión. (En computación a este proceso de extinción del disco duro se le llama “pantalla azul de la muerte”).
Migrada la Consciencia, el cerebro habría quedado libre para aceptar otra Consciencia. No obstante, para mayor seguridad, se debería “formatearlo” para dejarlo totalmente  limpio (Reciclado a cero).
    B)- En cuanto al cerebro dañado del  receptor que ya no es funcional al soporte corporal el mayor problema a resolver es el de extraer, conservar y volver a instalar la Consciencia en el nuevo soporte biológico.
    Para conservar momentáneamente la Consciencia en nuestro mundo tridimensional, el paso crítico será el de contenerla en una especie de “jaula magnética”.
    Una vez hecho el trasplante y comprobado el no rechazo del órgano, la siguiente etapa a la que también se considera crítica  es la de reinstalar la Consciencia confinada en la jaula magnética. El método más viable se perfila por el lado de la “profusión” que permite la afluencia de la Consciencia ocupando y activando todos los circuitos cerebrales.
    Con este procedimiento, la mente, los sentimientos, instintos, hábitos y recuerdos vuelven a activarse pero en un cerebro nuevo.
    La utilización de este sistema de trasplante abriría posibilidades insospechadas de cara al futuro ya que permitiría, además, conservar activamente en la tercera dimensión las mentes de los grandes hombres y mujeres de la cultura, el arte y la política más allá de la duración de sus soportes físicos.
    ¿Podrá ser todo esto considerado como una profecía para algún momento del siglo XXII?

Ricardo
Puerto Deseado, Patagonia Central.14-dic-2014
www,jugandoconideas-dodecaedroatlante.blogspot.com

domingo, 24 de agosto de 2014

Jugando con ideas 34

Jugando con ideas 34
Lo que no es tiempo
La tierra tiene varios movimientos y traslaciones como por ejemplo:
 A un giro completo sobre si misma  le damos el nombre de día (24 horas)  y como la tierra gira hacia el Este, cada vez que el sol aparece sobre el horizonte llamamos amanecer a ese suceso; igualmente llamamos anochecer cuando el sol desaparece tras el horizonte por el Oeste y cuando los rayos del sol caen verticalmente sobre nuestras cabezas, a eso le damos el nombre zenit.
Pero esto no es enteramente así ya que por el cabeceo  de la tierra hemos dividido en cuatro este movimiento rítmico de ida y vuelta anual dándole el nombre de estaciones del año.
Si el  cabeceo de la tierra  es hacia el sur el sol  aparenta cruzar la línea ecuatorial hacia el norte,  entonces decimos que en el hemisferio sur comenzó el otoño y en el norte la primavera. Al continuar el cabeceo en dirección sur, en un momento dado el sol aparenta cruzar una línea (latitud) equidistante entre el ecuador y el polo norte que le hemos dado el nombre de Trópico de Sagitario donde el sol sí apunta directamente sobre nuestras cabezas al mediodía (zenit) y marca la entrada al verano boreal en el hemisferio norte en tanto que en el hemisferio sur, la latitud equivalente se llama Trópico de  Cáncer y marca  la entrada al invierno austral con sus días cortos y sus noches largas.
Unos días más y la tierra va ralentando su movimiento  hasta que el cabeceo se revierte en dirección norte; esto se nota porque cada día amanece más temprano y  anochece  más tarde. Todo esto conforma un ciclo completo.
A una traslación completa de la tierra alrededor  del sol le damos el nombre de Año compuesto de cuatro estaciones climáticas de tres meses cada una.
Pero si a estos movimientos los referimos a la luna tenemos lo que se llama Calendario Lunar en lugar de Solar. En dicho calendario cada mes tiene 28 días y, al dar la tierra una vuelta completa alrededor del sol, nos sobran cinco días con relación al calendario solar que los mayas llamaron “días fuera del tiempo” y cuyo uso y significado es similar a nuestro carnaval. Después de esos cinco días vuelve a comenzar el nuevo año lunar el  29 de julio.
Continuando con este sistema de  segmentación gráfica que aplicamos sobre el planeta  para entender, vemos que la sucesión de los meridianos permiten demarcar lo que llamamos los husos horarios donde en cada uno de ellos la vida diaria de la gente se estructura con sus más y sus menos en desayuno, horario laboral, almuerzo, cena y dormir que funcionan como compartimientos estancos con relación a los husos inmediatamente anterior y posterior atados al giro del planeta de Oeste a Este.
Ahora si nos desplazamos sobre la línea de un meridiano de norte a sur y de sur a norte estamos experimentando sólo las estaciones climáticas. Por otro lado, así como los meses surgen de dividir por  12 un giro completo de la tierra alrededor del sol, las horas devienen de dividir por 24 un giro completo de la tierra sobre sí misma.
Todo lo anteriormente dicho lo podríamos  considerar como la eco localización de la vida soportada por el microsistema Tierra dentro de otro que lo contiene como es el sistema solar el cual, con todo su cortejo de planetas y lunas, se desplaza, a su vez,  en torno a la galaxia a una velocidad  de  810.000 km por hora tardando 200 millones de años en completar una rotación. Y toda la Vía Láctea,  con nuestro hogar azul a cuestas, se desplaza a su vez a  230.000 km por hora en rumbo de colisión con Andrómeda.
Si la reecarnación es cierta, es posible que de alguna manera y en alguna forma podremos presenciar  tan magno evento.  Sólo hay que tener paciencia.
Como conclusión: Toda esta grilla de mediciones que los humanos hemos inventado sobre la superficie de la tierra  con las divisiones o tramos de actividades, es decir, qué hacer, en qué lugar, a qué hora es simplemente cronología pero no es  tiempo.
El verdadero tiempo hasta donde he podido abstraer es una función teórica aplicada al espacio como una especie de marcador energético para terminaciones y comienzos de eventos y sucesos que define con claridad la evolución organizativa de una estructura.
Ricardo
Puerto Deseado, Patagonia Central.  24. agosto 2014

domingo, 4 de mayo de 2014

Jugando con ideas 33

Jugando con ideas  33

¿Es posible cambiar un presente desde su pasado?

         Así como hay muchos futuros posibles de entre los cuales elegimos uno, consciente o inconscientemente y una vez que lo hemos hecho realidad, andando el tiempo, entonces lo vivimos como nuestro presente;  así también esos futuros virtuales, pasan a ser pasados no realizados menos, claro está, uno que es el aquí y ahora personal.
        No sé por qué ahora me doy cuenta de que en el habla cotidiana solemos hablar, valga la redundancia, del abanico de posibilidades futuras y, por el contrario, de un solo pasado que es el que le corresponde a un determinado presente cuando en realidad lo correcto sería hablar de pasados no devenidos en presentes, de oportunidades perdidas.
        ¿Esto necesariamente tiene que ser así? Si está claro que hay muchos caminos que nos llevarán a distintos presentes, naturalmente esos mismos futuros virtuales una vez que los hemos sobrepasado se convierten automáticamente en un conjunto de pasados. ¿Será que alguna vez podremos volver a algunos de ellos y retomarlos para procurarnos una variante de otro presente? Pero antes de eso ¿no deberían pasar por el estadio de futuro?. A esta altura daría la impresión de que se podría acceder a un presente llegando tanto desde el futuro como desde el pasado.
        La pregunta ahora, relacionada con el título de esta nota, sería si se puede cambiar concretamente un presente desde su pasado. Varias disciplinas de la New Age afirman que ello es perfectamente posible. En Reiki por ejemplo se habla de “curar el pasado”; eso significaría que el efecto se podría manifestar en nuestro presente actual o futuro.  Por su parte la ciencia nos dice que en mundo cuántico el tiempo puede ir tanto hacia adelante o retroceder hacia atrás en el pasado. A esta altura surge diríamos una tarea para “llevar a casa” cuyo objetivo sería la definir exactamente eso que llamamos tiempo.
        Lo cierto es que desde la electrónica ya es rutinario cambiar un presente no deseado modificando su pasado. Todos lo hemos hecho alguna vez.
        Imaginemos que un día apagamos la computadora y nos vamos de vacaciones y regresamos uno o dos meses después. Nos volvemos a sentar frente a la “compu” y prendemos el equipo y de pronto observamos una seria de anormalidades que no tenía cuando la apagamos por última vez;  por ejemplo que el arranque es lento, que no se puede encontrar un determinado archivo o que se alteró determinada configuración o que nuestra pantalla cambió de color por su cuenta.
        Pues bien, más allá de las acciones rutinarias de corrección que se pueden utilizar para solucionar cada uno de los problemas, Window tiene incorporada una herramienta para volver el sistema a la normalidad a través de la creación de un “punto de restauración” que consiste básicamente en preguntarnos ¿cuándo fue que todo funcionaba bien? Y si la respuesta es el día que la usé por última vez antes de irme de vacaciones, entonces creamos un punto donde insertamos esa fecha que ya pertenece al pasado y damos clic. Usualmente y casi mágicamente el sistema se realinea con esa fecha y todo vuelve a funcionar como antiguamente.
        ¡Hemos vuelto al pasado para solucionar objetivamente un problema del presente!  Si esto funciona en el mundo cuasi físico de la electrónica aplicada, con toda seguridad también lo hará en los niveles más sutiles de la mente.
Ricardo
Puerto Deseado-Santa Cruz-Patagonia Central-mayo 01 de 2014


jueves, 24 de abril de 2014

Jugando con ideas 32

Jugando con ideas 32

Realidades paralelas

         Estas son notas apresuradas antes que se pierdan detalles de un sueño vívido que tuve hoy justo antes de despertar. Fue un sueño denso como una pesadilla pero, al mismo tiempo agradable y sin tensiones.

        Voy al sueño en sí: Estaba yo con mi familia paseando por los alrededores de un poblado, cuando de pronto apareció, unos cuantos metros delante nuestro, algo así como una “inconsistencia” en la atmósfera. Para que se entienda, era como esa reverberación que los automovilistas suelen observar en el horizonte de una carretera asfaltada  en los días de mucho calor. Pero en esta ocasión dicha “inconsistencia”  permanecía fija delante nuestro a modo de “pared”.

         Nos acercamos curiosos y la atravesamos,  al hacerlo, nos encontramos de golpe en otro paisaje y  otro entorno. Caminamos hacia lo que parecía ser una granja.  A poco andar nos salió al encuentro otra familia, nos saludaron amistosamente y nos invitaron a pasar, charlamos como si nos conociéramos de toda la vida; merendamos y, luego de despedirnos, regresamos por donde habíamos venido sin haber hablado específicamente del fenómenos que nos traja hasta allí, pero era como que sabíamos que no pertenecíamos al mismo mundo.  Pegamos onda y quedamos como vecinos amigos.

         Volvimos a cruzar la “inconsistencia” y ya estábamos de regreso en nuestro propio mundo.

         No mucho tiempo después nuestros vecinos del “otro lado” nos devolvieron la visita por el mismo método de cruzar la “reverberación” a través de un sueño. (   Para  nosotros las “visitas” llegaban en nuestra vigilia cuando estábamos despiertos y viceversa cuando nosotros los visitábamos a ellos).

          Así las visitas por ambas partes se hicieron habituales. Los “problemas” comenzaron cuando una hija nuestra adolescente se enamoró del hijo, también adolescente de la otra familia. Más que problemas la relación planteaba interrogantes como por ejemplo ¿podían dos personas llevar adelante un noviazgo perteneciendo a dos mundos físicos diferentes? Y si se casasen uno de los dos debería irse a vivir en la realidad del otro. Y si tuviesen un hijo ¿dónde debería nacer la criatura?  ¿Sería un niño de dos mundos? O ¿cómo sería el ADN del mismo?

         Cruzar la “frontera” definitivamente ¿implicaría que uno de los padres debería salirse de su sueño para ir a vivir a la vigilia de la otra realidad?

         Hasta aquí el sueño y cavilando sobre el suceso tan vívido y lleno de detalles,  me vino a la memoria los escritos de James Redfield y más específicamente, el resumen de la Décima Revelación hecha por Eduardo H Grecco en Interpretación Iniciática de la Décima Revelación subida por mí  a Difusión cav el 24 de octubre de 2009. Del mismo copio ahora unos párrafos que me parecen pertinentes al caso.

         1)- Existen dos dimensiones: La Otra Vida y Esta Vida. Ambas poseen naturaleza diferenciada pero comparten en común el hecho de que buscan la completud de su realización.

         2)- La Otra Vida es la dimensión  del  Saber del Proyecto del Mundo. Esta Vida es la dimensión Humana Terrenal del Conocimiento y de concreción del Proyecto. La primera pertenece al orden de lo Real y la segunda al orden de la Realidad.

         3)- Existen entre estas dos dimensiones dos canales de comunicación. El primero consiste en establecer, a través de las aberturas dimensionales, una relación entre la Tierra y el Cielo, entre las Almas que habitamos este planeta y las que moran en la Otra Vida. El segundo está orientado a aprender a comprender en qué radica la transformación espiritual desde la perspectiva de la otra dimensión. Dentro de ese marco hay dos consecuencias importantes:

a)- Venimos a la tierra a realizar de modo progresivo el Saber de la otra dimensión, cada uno a su modo y en su lugar y

b)-Todos somos partícipes de un proceso histórico planetario, una búsqueda humana donde cada uno es imprescindible para que el proyecto se realice en completud.

Ricardo
Puerto Deseado. Santa Cruz. Patagonia Central. 23 de abril de 2014



domingo, 9 de febrero de 2014

Jugando con ideas 31

Jugando con ideas 31


LOS JUEGOS DEL TIEMPO

         Observando los festejos del Año Nuevo 2014 cómo se fueron sucediendo en los distintos países del mundo, de pronto se me ocurrió asociarlos a los clásicos tiempos verbales que aprendimos en la escuela: pasado, presente y futuro y jugar un poco con ellos con miras a una toma de conciencia.
       A las ocho de la mañana del 31 de diciembre de 2013 en Argentina, vi que la televisión que en Nueva Zelanda se estaba festejando el inicio del Año Nuevo a las cero horas del 2014.
       ¡Qué interesante! Estaba viendo en mi presente un evento que ocurría en mi futuro (el evento como tal, no su forma local) con 16 horas de anticipación, gracias a la tecnología, a nuestro propio festejo. Y cuando nosotros lo festejemos, los habitantes de Nueva Zelanda lo verán en su propio presente como algo que ocurrió en su pasado hace 16 horas atrás.
       Este esquema se repetirá sucesivamente con Sídney en Australia y con todas las demás ciudades del mundo ubicadas al Este de nuestra posición aunque cada vez con menos diferencias horarias entre futuros y pasados.
       Al Oeste de nuestra posición nuestro propio evento será visto por las demás ciudades como su evento futuro visto en su  presente virtual. Por ejemplo es el caso de Juneau la capital del Estado de Alaska cuyo propio Año Nuevo llegará seis horas después de nuestro propio evento.
       Este breve planteo con entrecruzamientos de sucesivos pasados, presentes y futuros muestra que el evento “Año Nuevo” así como otros que se festejan en todo el mundo tales como “Navidad”, “1° de Mayo”, etc. están regidos por el  Huso Horario Mundial que fue ideado por el italiano Filopante en 1859 y que comenzó a ser implementado a partir de 1890. Para que se entienda: cuando el sol, a raíz del giro de la tierra de oeste a este, se encuentra vertical (cenit) sobre un meridiano determinado (hay 24), convencionalmente decimos que son las doce del mediodía.  Por lo tanto en el meridiano anterior ya son las 13 horas y  en el próximo situado al oeste recién serán las 11 de la mañana.
       Este “tiempo geográfico” es el que usamos habitualmente en nuestras actividades diarias y nada tiene que ver con el vivir en el “Aquí y ahora” que pregonan los maestros espirituales lo que no significa mantenerse anclado físicamente en el espacio cero de un meridiano.  Vivir en el Aquí y Ahora es una actitud psicológica centrada en el vivir todo como tiempo presente más allá del discurrir geográfico del otro tiempo que no es otra cosa que evolución (sucesión de cambios).
       A este tiempo geográfico le podemos sumar, además, la llamada localización geográfica basada en la existencia de meridianos, líneas equidistantes que van de polo a polo, siendo el meridiano de Greewich considerado por convención como el meridiano cero. Estos meridianos son cruzados, a su vez, por las latitudes que nacen en la línea ecuatorial que divide a la tierra en hemisferio norte y sur. El entrecruzamiento de un meridiano con una latitud norte o sur son las cooordenadas que permiten la localización de un punto preciso de la superficie de la tierra.
       Está claro que el “tiempo geográfico” (Husos Horarios) y la “localización geográfica” (coordenadas de meridianos con latitudes), son estructuras culturales ideadas por los humanos para orientarse sobre el planeta. Estas estructuras son completamente ajenas al orden propio de la naturaleza.
       Imaginemos por un momento que la raza humana desaparece de la fas de la tierra como ocurre en la ficción “La tierra sin humanos” miniserie de Alan Weisman (2007)  emitida por History Channel. En ese caso hipotético de golpe desaparecería todo el entramado creado por los humanos para entender, dominar y usar en su beneficio a la naturaleza. De hecho toda la cultura elaborada trabajosamente desde los albores de la civilización dejaría de existir salvo sus manifestaciones físicas residuales.
       Ocurrido esto  ¿qué quedaría en una tierra sin humanos? La respuesta es que continuarían inmutables los ciclos básicos de la naturaleza. La tierra seguiría girando sobre sí misma e iluminando sucesivamente sus ríos, mares, montañas, desiertos y selvas al tiempo que iría dejando en la penumbra a otros, pero ya no estaríamos nosotros para llamarle día y noche.
       Además la tierra seguiría con su rítmico cabeceo que propicia el movimientos de las energías que hará que los pastos broten en las praderas, que los granos y las frutas maduren, que los bosques pierdan sus hojas pardo amarillentas y que la nieve cubra extensas llanuras; pero ya no estaremos nosotros para llamarle primavera, verano, otoño e invierno.
       La luna continuaría inmutable con sus cambios de fases, pero ya no estaríamos nosotros para llamarlas cuarto menguante, luna nueva,  cuarto creciente o luna llena.
       En conclusión, la vida de la naturaleza continuaría tanto dentro del sistema local como en su relación con el cosmos en general preparándose, quizás, para dar lugar a otra civilización que no sea predadora consentudinaria y más bien se integre en la naturaleza como cualquiera de las otras criaturas que sobrevivieron.  Más allá de la ficción todavía estamos a tiempo de tomar conciencia de nuestro frágil mundo azul hundido en la negrura del cosmos y cooperar con la madre naturaleza para salvarla y, de paso, salvarnos a nosotros mismos como especie (egoísmo positivo si cabe el concepto).
Ricardo
Puerto Deseado. Patagonia Argentina 9 de febrero de 2014                            

lunes, 23 de septiembre de 2013

Jugando con ideas 30

Jugando con ideas 30


Dispersión del concepto alma
y
Teoría sobre su origen
I
         Luego de proponer la definición y misión del alma y las  analogías que me parecieron más pertinentes en  JCI 29, ahora quisiera avanzar ampliando el panorama alrededor de ella antes de terciar en el debate sobre su origen pretendidamente materialista por un lado o espiritual por el otro.
         Si vamos a la arquitectura veremos que las vigas que sostienen un edificio llevan por dentro unas varillas corrugadas que se llaman “alma”. Igual denominación tienen las que forman el entramado dentro del cemento de los techos.   
En los instrumentos musicales de cuerda se le dice “alma” a la varilla que corre por debajo del puente que soporta la tensión de las cuerdas.
         Para hacer un muñeco de nieve primero hay que compactar un puñado de nieve entre las manos y luego rodarlo sobre la nieve blanda circundante hasta que se forme una bola del tamaño deseado. Ese centro de diferente consistencia es el “alma” de la bola de nieve.  La propia Tierra está formada alrededor de un centro metálico que bien podríamos llamar “alma”.
De todos estos ejemplos podemos hacer una generalización diciendo que toda forma, sea del orden que sea, se estructura alrededor de un “alma” o centro de carácter centrípeto.

II
Una pregunta: ¿Las almas tienen género?. Obviamente no. No hace falta aclarar que el género es del cuerpo en que encarnan temporalmente, que para ellas es una experiencia que sólo pueden tener en el mundo tridimensional. No hay otra manera.
Cuando un alma se desprende de un cuerpo físico trasciende el plano 3D hacia otras dimensiones a fin de metabolizar su última experiencia corpórea y prepararse eventualmente para una nueva re encarnación. En esa situación la comunicación con las almas encarnadas que permanecen en la 3D se da por el método conocido como canalización.
¿Existen otras formas de que las almas establezcan contacto con los que aún viven de este lado del velo?
En la “Décima Revelación” de James Redfield se plantea que “existe lo que se llama la “Otra Vida” y “Esta Vida” y que entre ambas buscan establecer la cultura espiritual   en la 3D. Este plan conjunto necesita tener canales de comunicación cada vez más fáciles mediante la sutilización constante del velo que ahora las separa.  Este será el objetivo del Tercer milenio.
Desde la ciencia ficción también se especula sobre el tema del alma. En la saga de Viaje a las Estrellas,   la serie Deep Space Nine  (Espacio Profundo Nueve) sitúa la acción en el borde del universo donde existe una estación espacial (una especie de posta) que controla un agujero de gusano que da acceso al cuadrante Gamma (un universo paralelo). En esa lejana región fronteriza existen mundos planetarios poblados de diferentes razas de humanoides (algunos físicamente iguales a los terráqueos).
Una de esas razas, los Trill tienen la particularidad de que sus almas son órganos físicos situados dentro del pecho junto al corazón. Al morir un individuo de esa raza su alma, al ser un órgano físico está destinada a degradarse junto con el resto del cuerpo. Para que ello no ocurra sobre todo si el alma perteneció a un gran científico, artista o pensador del cual se necesita preservar operativamente sus conocimientos, se recurre a un voluntario que acepta albergar, mediante trasplante, una de dichas almas que toman el nombre de simbionte pues desde ese momento interactúa con su receptor como una segunda alma participando activamente en conversaciones y opiniones comunicándose con la voz de aquel.
Hay voluntarios  albergantes que  contienen hasta siete almas trasplantadas, muchas de las cuales, a su vez, cuando tenían sus propios cuerpos albergaron otras almas cuyos conocimientos están transferidos ahora en su propia alma.  Dado este esquema todo trill viviente es un multi canalizador.
¿Se imaginan tener dentro nuestro el alma de Einstein, el cual tuviera a su vez la de Leonardo da Vinci y este la de Platón, etc., etc., Esta ramificaciones hacia el pasado teóricamente harían que todas las almas se expresaran a través de sólo una (la actual). Esto no está lejos de aquello de que todos somos Uno que es lo mismo que tener consciencia de unidad.


III
Volviendo de la ciencia ficción a nuestra propia realidad queda una pregunta: ¿Cómo se “construye un alma?  Básicamente hay dos hipótesis:
1. Que las almas ya son tal cual desde el origen del universo.
2. Que las almas como todo en un universo dual están sujetas a la  evolución, es decir, al tiempo.
         La primera de las hipótesis creo que debería descartarse ya que de ser cierta tendría una redundancia solapada en su formulación. Salir de un Olimpo perfecto en busca de experiencias cuando ya se está en el Hogar no tiene sentido como así tampoco la existencia de un universo  perfecto desde el vamos.
         En cambio la segunda hipótesis es más lógica en tanto que un universo evolucionante en todas y cada una de sus partes, incluidas las almas (o proto almas), tiene un propósito, una meta, un objetivo.
         Probar o disprobar esta segunda hipótesis nos  lleva a otra cuestión dual.
         a) – todo en el universo es materia
         b) – A ese concepto se opone, según los propios materialistas, un mundo “mágico” donde lo que se ve deviene de lo que no se ve.
         Las dos posturas son planteadas por Douglas R.. Hofstadter en su libro “Yo soy un extraño bucle” donde afirma, sin más vueltas,  que la consciencia tiene raíces físicas y que ésta “es como un espejo que se percibe a sí mismo”. De allí lo de bucle, como algo que en un momento gira sobre si y ve su punto de partida y se dice: - ¡ah ese soy yo!. (Que Hofstadter llama indistintamente “yo”, “ego”, “alma” o “consciencia”). El autor sostiene que de la combinación de símbolos sin significado en niveles de procesos básicos como p.e. partículas, y neuronas  hasta estructuras cada vez más complejas que, por síntesis, van creando símbolos cada vez más significativos hasta que de pronto aparece uno que es autorreferente (bucle) que toma consciencia de sí mismo. ¡Y todo este proceso evolucionando desde la más estricta materialidad!
         Sin embargo, casi al final del libro plantea en dos párrafos lo contradictorio del tema:
         1 – “Este es el verdadero dilema. O admitimos la existencia de un alma inmaterial ajena a las leyes de la física, lo que nos lleva a creencias mágicas más allá de la ciencia, o
2 - Rechazamos la idea, en cuyo caso persiste la eterna pregunta: Qué es lo que convierte en yo a una estructura física?
Para mí no hay contradicción entre ambas posturas si admitimos que en el momento de manifestarse el Todo tras el big bang inicial surge una figura geométrica básica conocida como  “fractal primordial” que es la  conexión entre   Vacío y Todo y cuya multiplicación origina lo que conocemos como caos. Sin embargo todo este proceso de fractalización (Ver  Benoît Mandelbrot), produce  el ADN para todos los órdenes futuros de  la naturaleza el cual contiene lo que será la evolución tanto de las partes como del conjunto.
Por eso, lo “mágico” inmaterial de la espiritualidad contiene toda la energía genética que, luego de eones, se va condensando en formas de densidad creciente hasta formalizarse en nuestro reino tridimensional. Los científicos que tratan de explicarlo todo desde la evolución de estructuras materiales hasta “descubrir” la existencia de un yo, ego, alma, etc.,  lo único que hacen  es utilizar una energía primordial que lleva en su seno el ADN de la evolución futura  que  va desplegando esa información en grados de densidad creciente hasta conformar entes con consciencia de sí mismos. Más que contradicción lo que hay es complementariedad entre ambas posturas y, en última instancia, ni siquiera eso, simplemente un continuo segmentado artificialmente por la ciencia a la cual sólo le falta incorporar en sus laboratorios la variable “mágica” para cerrar la brecha.
“Pienso, luego existo” es una formulación propia del yo o ego a través de la actividad de la mente que se expresa por el cerebro;  esto es lo que hacemos cotidianamente desde la comodidad tridimensional donde vivimos.
“Intuiciono, luego Soy” es una función de nuestro “segundo cerebro”: el corazón. Aquí no hay pensamientos sino sólo silencio donde las cosas pasan sin análisis y nuestra guía es la intuición. Esto es como vaciar la pesada mochila llena de pensamientos que arrastramos desde el pasado y  sentirnos felices  flotando por el borde externo de la 3D. Y ahí es posible que nos demos cuenta como en un flash que somos un alma que tiene un cuerpo y no al revés. Un experimento interesante es jugar, por un día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, que tenemos un cuerpo. Por ese día en vez de decir “mi alma” funcionemos con la noción de decir “mi cuerpo”. Yo alma decido.

Ricardo
Puerto Deseado, Santa Cruz, Argentina.  Setiembre, 22 de 2013.